Jonatan Loidi, Socio fundador de Set Consulting
En 1953 Albert Einstein envió una carta a un amigo japonés
llamado Seiei Shinohara. Allí, expresaba su remordimiento por otra carta
que había enviado en 1939 al presidente estadounidense Franklin
Roosevelt, donde lo impulsaba a desarrollar una bomba atómica, que en
1945 pondría fin a la Segunda Guerra Mundial causando más de 140.000
muertes en Hiroshima y Nagasaki.
Si lo hubiese sabido, no habría escrito jamás esa carta, comentó amargamente. Nunca pensé que una carta podría acarrear resultados tan catastróficos.
¿Qué hubiera pasado si tal o cual decisión o evento del pasado no hubieran sucedido o hubieran sucedido de otra forma? ¿Cómo sería el mundo, nuestra vida o nuestra empresa si hubiésemos tomado otras decisiones? ¿Cuál fue esa primera decisión que permitió que tal empresa sea lo que es? Estas son algunas preguntas sin respuesta que los hombres de negocios se plantean con frecuencia.
El matemático estadounidense Edward Norton Lorenz, uno de los pioneros de la teoría del caos, descubrió que alteraciones mínimas en los valores de las variables iniciales resultan en soluciones muy divergentes. Esta sensible dependencia de las condiciones iniciales se conoce como efecto mariposa.
Poéticamente se lo describió de la siguiente forma: el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York.
¿Cómo se aplica esto al mundo de los negocios? La construcción de escenarios es una técnica muy utilizada para analizar el posible impacto de ciertas decisiones que podríamos tomar en nuestra empresa.
Para esto, se establecen variables críticas de éxito. Luego, se va cambiando el valor de estas variables y se va viendo qué sucede. Esto es imaginar múltiples universos posibles y preguntarnos: ¿qué pasaría si...?
Si lo hubiese sabido, no habría escrito jamás esa carta, comentó amargamente. Nunca pensé que una carta podría acarrear resultados tan catastróficos.
¿Qué hubiera pasado si tal o cual decisión o evento del pasado no hubieran sucedido o hubieran sucedido de otra forma? ¿Cómo sería el mundo, nuestra vida o nuestra empresa si hubiésemos tomado otras decisiones? ¿Cuál fue esa primera decisión que permitió que tal empresa sea lo que es? Estas son algunas preguntas sin respuesta que los hombres de negocios se plantean con frecuencia.
El matemático estadounidense Edward Norton Lorenz, uno de los pioneros de la teoría del caos, descubrió que alteraciones mínimas en los valores de las variables iniciales resultan en soluciones muy divergentes. Esta sensible dependencia de las condiciones iniciales se conoce como efecto mariposa.
Poéticamente se lo describió de la siguiente forma: el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York.
¿Cómo se aplica esto al mundo de los negocios? La construcción de escenarios es una técnica muy utilizada para analizar el posible impacto de ciertas decisiones que podríamos tomar en nuestra empresa.
Para esto, se establecen variables críticas de éxito. Luego, se va cambiando el valor de estas variables y se va viendo qué sucede. Esto es imaginar múltiples universos posibles y preguntarnos: ¿qué pasaría si...?
El concepto
clave en este análisis es la variable crítica de éxito. Todos los
negocios que alcanzan un gran crecimiento desde el comienzo tienen algo
en común: hay algo que han hecho extraordinariamente bien en el primer
momento, algo central y determinante en lo que han acertado, y que luego
ha sido la base para un fantástico despegue.
Esta decisión inicial
repercute exponencialmente sobre la evolución futura de todas las
variables y puede hacer toda la diferencia entre un magnífico éxito y un
rotundo fracaso.
El caso Google es un claro ejemplo. En este caso,
la variable crítica fue la eficacia del algoritmo de su motor de
búsqueda, que permitió a los usuarios encontrar lo que buscaban en un
tiempo significativamente menor a la competencia.
Esto brindó a
Google un espectacular crecimiento del número de usuarios desde los
primeros días. Luego, Google mantuvo su liderazgo a través de la
innovación y la oferta de nuevos servicios a sus clientes.
Ahora bien, ¿cómo identificar la variable crítica de éxito?
Cuando
vemos el éxito de un negocio, es habitual que lo evaluemos en su
totalidad. Pero la esencia, eso que hizo que sobresalga y logre el
éxito, muchas veces queda oculta.
Identificar a priori la variable
clave no es sencillo. Si lo fuera, prácticamente todos los
emprendimientos acabarían siendo grandes éxitos.
Sin embargo, al
menos como un ejercicio de aproximación, podemos plantearnos algunas
preguntas que nos permitirán avanzar con esta identificación:
¿Qué
hace exactamente nuestra empresa? ¿Por qué nos eligen los clientes?
¿Cuáles son los indicadores que, si variasen, afectarían de manera
determinante a nuestro negocio? ¿Podemos mantener a largo plazo nuestras
ventajas? Si no tenemos claro cuáles son nuestras variables críticas de
éxito, otros podrían robarnos la esencia, mejorarla y dejarnos afuera.
Fuente: El efecto mariposa: cuando una pequeña decisión construye un negocio fabuloso MATERIABIZ
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