En la crisis, las
empresas buscaban ejecutivos con experiencia en entornos turbulentos. Ahora que
las urgencias van quedando atrás, el foco está puesto en el crecimiento del
negocio y en formar los líderes que se necesitan para este objetivo. ¿Cuáles
son las competencias críticas? ¿Cómo identificar a los candidatos con
potencial? ¿Cómo desarrollarlos?
El 2008, la crisis
financiera global impactó violentamente en la agenda de las empresas.
En un contexto donde
la prioridad era sobrevivir, las competencias más valoradas en puestos
directivos eran la capacidad de gestionar en entornos turbulentos y de obtener
resultados de corto plazo.
Así, los ejecutivos
con experiencia en management de crisis se volvieron muy demandados en el
mercado (en la Argentina, por ejemplo, hubo oportunidades para muchos que
habían ocupado puestos directivos durante la hiperinflación).
Pero ahora que la
tormenta ha amainado, la prioridad ya no es la supervivencia sino el
crecimiento del negocio en el ambiente post-crisis. Nuevos desafíos requieren
nuevas competencias y perfiles en posiciones de responsabilidad.
¿Cuáles son las
competencias críticas del líder en el escenario que se viene? ¿Cómo desarrollar
estas competencias?
Para responder a estos
interrogantes, la prestigiosa firma de reclutamiento ejecutivo y gestión del
talento Korn/Ferry, entrevistó a 365 CEOs de diversas industrias y países de
América Latina. Menos del 25% afirmó que sus equipos de liderazgo están bien
preparados para la post-crisis.
Germán Vidal, socio de
Korn/Ferry en Argentina, presentó a la prensa las principales conclusiones de
esta investigación.
Definiendo las
competencias clave
El primer paso de un
sistema de gestión de talento es establecer las competencias que se necesitan
para dirigir el negocio. ¿Qué debería saber hacer el ejecutivo?
En rojo, las
competencias denominadas “precio de admisión”. Es la base. El que no las posee,
ni siquiera puede aspirar a ocupar un puesto directivo.
En verde, algunas de
las competencias que necesita un ejecutivo para ser competitivo en el mercado.
Muchos las poseen o pueden adquirirlas.
En gris, las
competencias realmente diferenciadoras. Son escasas en el mercado y, además,
difíciles de desarrollar. Estas son las competencias que los CEOs privilegian a
la hora de nombrar a alguien para un puesto de alta dirección.
Identificando a las
personas con potencial
Las competencias
diferenciadoras son, como hemos visto, difíciles de desarrollar. Y obviamente,
el presupuesto de capacitación siempre es limitado.
Entonces, lo primero
es identificar a las personas de alto potencial. Es decir, aquellas en las que
será rentable invertir para que, en el futuro, ocupen los puestos de mayor
responsabilidad.
Esto no es trivial. En
muchas empresas se dice: “Aquel ejecutivo tiene un gran desempeño. Le vemos un
gran futuro en la organización. Vamos a invertir en su formación”.
Pero este atajo mental
suele conducir a errores. El hecho de que un ejecutivo tenga un alto desempeño
no significa necesariamente que posea un alto potencial. Desempeño y potencial
no son sinónimos.
Entonces, ¿cómo
identificar el potencial?
La investigación de
Korn/Ferry define el alto potencial a través de cuatro grupos de competencias
vinculadas con la “agilidad de aprendizaje”: la agilidad mental, la agilidad
con las personas, la agilidad en el cambio y la agilidad en los resultados.
No hay que fijarse
únicamente en el desempeño. Para identificar a los futuros líderes, es
necesario observar su agilidad de aprendizaje. Allí se manifiesta el potencial.
Desarrollando las
competencias
Hasta este punto,
hemos definido las competencias que se necesitan en los líderes y ofrecido
algunas pautas para identificar a los ejecutivos de alto potencial.
Ahora es momento de
capacitar a estos ejecutivos prometedores para que desarrollen las competencias
clave que los convertirán en los futuros líderes.
Habitualmente, las
organizaciones asignan su presupuesto de formación de la siguiente manera: 70%
en cursos, 20% en programas de coaching y mentoring, y el 10% restante en
asignaciones, es decir, hacer rotar a los ejecutivos por distintos puestos para
que conozcan las diferentes aristas del negocio.
No obstante, advierte
la investigación de Korn/Ferry, es difícil desarrollar las competencias
diferenciadoras del liderazgo a través de cursos convencionales. La experiencia
en distintos puestos y la exposición a diferentes situaciones son las mejores
consejeras para aprender a tomar decisiones difíciles que involucran a las
personas y a crear lo nuevo.
Así, se propone dar
vuelta la pirámide e invertir el 70% del presupuesto en asignaciones y sólo 10%
en programas tradicionales.
En definitiva, ahora
que las urgencias de la coyuntura van quedando atrás, llega la hora de mirar al
futuro. Y esta investigación de Korn/Ferry brinda algunas pautas para
reflexionar sobre qué personas se necesitan en puestos de liderazgo, cómo
identificarlas y cómo desarrollarlas para que alcancen todo su potencial.
Tomado de Líderes
post-crisis: ¿cómo identificar y desarrollar a los ejecutivos con potencial? Federico
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