Podemos elegir mirar el bien y no el mal, hablar el bien y no el mal, oir el bien y no el mal, construir el bien y no el mal, pensar el bien y no el mal.
El tema es como hacerlo sin ser naif, ingenuo o directamente, estúpido.
Simple. Como todo en la vida es una elección, una cuestión de actitud. Todos los días nos rodean lo positivo y lo negativo. Un ying yang de oportunidades, un ping pong de información que puede apabullar. Podés elegir dejarte aturdir por la caída de la bolsa de Pakistán o tomar inspiración de aquellos que encuentran oportunidades y se animan. Podés escuchar los vaticinios de los opinólogos y econominólogos perpetuos o prestar oído a quienes tienen algo bueno por compartir.
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