Delegar tareas es una necesidad para el crecimiento de una empresa, pero también puede ser un problema. Suele decirse que los empleados fallan y no cumplen los objetivos, haciendo imposible el traspaso de responsabilidades. Sin embargo, lo que muchas veces impide delegar son las propias creencias y limitaciones de los jefes.
Muchas veces se confunde el hecho de esperar que alguien haga algo con delegar una función. Porque de eso se trata: delegamos el ejercicio de una función y, por lo tanto, los resultados de la misma. Ser eficaces en la delegación requiere que ambas partes conozcan lo que se espera. Si pretendemos llegar al objetivo como lo haríamos nosotros, equivocamos el camino.
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La mejor forma de optimizar la Cadena de Suministros
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Hace 9 años
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